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Acuerdo por la vida en la construcción de nuestro Bicentenario

Publicado: 2012-06-01

(Escribe: Pier Paolo Marzo)

195 muertos en los 5 años del gobierno de García, según el informe 156 sobre violencia en los conflictos sociales de la Defensoría del Pueblo. 14 muertos en lo que va de este gobierno. Saldos macabros de la conflictividad social en Perú y consecuencias de fracturas no cerradas, así como de un violentismo que simplemente o se deja pasar o se combate no por el violentismo en sí mismo, sino por el ataque a quien lo provoca (algunos sólo se escandalizan de los ataques a policías, militares o a la propiedad privada otros sólo se escandalizan de los ataques a los ciudadanos que protestan o que están alrededor de ellos), alimentando la espiral de indiferencia a la muerte y la violencia que nos podría envolver sino la detenemos.

Ante ello, urge afirmar que ¡ TODA VIDA NOS IMPORTA !. La vida del policía César Vilca y la de la capitana Nancy Flores, claro que sí; la vida de Rudecindo Manuelo Puma y Florencio Mamani Puma, por supuesto que nos importan. Esas vidas y otras que distintas violencias se han llevado en estas semanas tenían alrededor suyo enamorados, padres y madres, hermanas o hermanos, amigos y amigas, colegas, y mucha proyección en su historias por hacer.

Por ello y para evitar que la violencia social actual se encamine a un nuevo ciclo de violencia política, mucho más mortífero, en algún futuro de este siglo XXI, todas las fuerzas sociales y políticas debemos arribar a un acuerdo nacional de respeto y cuidado de la vida humana, poniéndola por encima de los legítimos o cuestionables (según de donde se vean) intereses en conflictos. Esto debió ser una consecuencia inmediata del informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, que describió con mucho detalle los horrores de la violencia organizada. Lamentablemente no fue así; pero aún se puede retomar el camino de cierre de la fractura social existente también descrita en ese informe, comenzando por un acuerdo de respeto por las vidas.

Claro que un acuerdo de este tipo implica recuperar la primacía de las normas sobre derechos humanos. Y a su vez esto significa que los extremismos proinversión y antisistema acepten ceder en algo para poner a la vida como algo superior a sus causas e intereses. Sí es posible y nos esforzaremos, en la construcción del Bicentenario, en lograrlo.


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Perú de Ciudadanos

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