Outsiders y la crisis política de los partidos
(Escribe: Antonio Bueno Vásquez)
En 1990 el candidato a la Presidencia de la República Mario Vargas Llosa pierde las elecciones ante un desconocido en la arena política: Alberto Fujimori. Con él se hace más patente el término de outsider, es decir personaje que está fuera del sistema político pero ingresa a este peculiar mundo. Otro outsider conocido fue Ricardo Belmont, alcalde de Lima (por el Arbolito); o el famoso 13 en la nalga de Susy Díaz, la cual llegó a tener una curul de nuestro representativo Congreso. No todos los outsider alcanzaron su objetivo, solo recordemos a Benedicto Jiménez, quien fue el outsider que se autoimpuso el APRA o últimamente Mercedes Aráoz; o el famoso Tongo, sí, el de La Pituca.
Este fenómeno político no es exclusivo del Perú, solo basta recordar que el Gobernador de California es el actor Arnold Schwarzenegger, actor que desplazó en esta justa intrapartidaria al candidato a Gary Coleman, el recordado Arnold de la serie Blanco y Negro.
En un primer momento para las elecciones municipales, se especulaba que en la justa electoral se iban a presentar figuras rutilantes como La Tigresa del Orienteaparentemente por el partido Acción Popular, para el cargo de regidora por la provincia de Lima, o a deportistas futbol como Wally Sánchez o George Forsyth (Augusto Álvarez Rodrich, http://www.larepublica.pe/claro-y-directo/07/05/2010/de-susy-diaz-la-tigresa-del-oriente). Entendemos que estos “jales” tienen como fin captar mayor cantidad de votos. Para estas elecciones presidenciales, no ajeno a esta realidad, se propuesto a la actriz Evelyn Ortiz, al cantante Willian Luna, Julio Andrade, entre otros.
No se puede negar por ningún momento, que los personajes aludidos tengan éxito en sus respectivas carreras. No se puede dudar que el célebre Tongo en una presentación gane más de lo que gane un profesional promedio. O que el aporte que puede hacer un outsider puede ser valioso (por tener otra visión y su capacidad de resistir presiones políticas), como es el caso del informe de Bagua que determina responsabilidad del gobierno, el cual fue realizado por el periodista Guido Lombardi (Jorge Bruce,http://www.larepublica.pe/el-factor-humano/06/06/2010/chapeau-gueido-lombardi).
Entonces podemos preguntarnos, si: ¿Es buena o mala la intromisión de outsider en nuestra política? Mi respuesta es que no es mala, incluso es positivo que, un ciudadano de fuera del mundo de la política, brinde una visión diferente o defienda al grupo del que proviene. Lo que es negativo, es que –aparentemente- no hay filtros de selección de los autosider; y solo se maneja por un afán de ganar votos a toda costa, sin importar las coincidencias ideológicas partidarias o la solidez de sus propuestas. Y lamentablemente, los filtros son los partidos políticos. Decimos lamentablemente, por que en nuestro país los partidos políticos son pocos institucionales (en su mayoría no hay elecciones internas) y autocráticos. Por tanto, ante esta carencia partidaria, el outsider incrementa la crisis de los mismos; al tener en sus filas a personajes que en su mayoría no tienen la intención de mejorar la política peruana, alejando aún más al ciudadano de pie de la política.
Ante esta visión desoladora, urge modernizar el sistema de representación que constituyen los partidos políticos, pero lamentablemente se advierte que, no hay intención de la mayoría de los propios partidos de hacerlo. Ante este panorama, el partido Constructores, siendo un partido plural y democrático, no tiene inconveniente en abrir sus puertas a los outsider, sin embargo, para su militancia y ser miembro elegible en cualquier elección, deberá sujetarse a los lineamientos y canales pre-establecidos (elecciones internas) del partido. De este modo, tendremos figuras que realmente representen al partido y la ciudadanía, y así podremos acercar la política al ciudadano de a pie (sí, a ese alejado de la política), el cual elegirá, por las ideas que propone el outsider y no sólo por su bien ganada fama.
Marzo 2011